jueves, 12 de julio de 2012

"La desventaja de ser un barrio Patrimonio Humanidad protegido por la UNESCO." Por Maria Hyllengren

Ofrecemos la traducción del reportaje publicado en la página web de la Escuela de Periodismo de Utrech (Holanda).


Recientemente, Maria Hyllengren, periodista holandesa realizó un reportaje de la polémica peatonalización de la Carrera del Darro - Paseo de los Tristes y del cambio de sentido de la Calle San Juan de los Reyes.


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GRANADA-“Un centro histórico no es nada sin sus residentes.” Este es el mensaje de un grupo de vecinos de Granada después de que el Ayuntamiento tomara la decisión de peatonalizar una calle en su barrio protegido por la UNESCO. La intención fue permitir a la gente disfrutar de un patrimonio mundial sin ser perturbados por el tráfico, pero la cuestión es cuánto podrán disfrutar los residentes que ahora amenazan con irse .


“Debes recordar cuando el barrio recibió protección de la UNESCO como patrimonio mundial y se convirtió en un barrio de todo el Planeta. Un lugar para todos.” Explica Ángel Bañuelo Arroyo, presidente de la UNESCO en Andalucía.

El barrio del Albaicín protegido desde el 2005 es popular un destino turístico para gente de todo el mundo que viene a disfrutar la atmósfera de éste antiguo barrio árabe.

La mayoría de las calles en esta colina son peatonales y los guías turísticos recomiendan caminar alrededor y perderse en la red de las laderas empinadas y estrechas donde nos encontramos un mercado de frutas, un monumento histórico o una agradable teteria donde disfrutar de un refrescante té marroquí de menta.

Aquí las fachadas blancas de las casas parecen estar construidas una encima de las otras, muchas casas tienen los característicos jardines moriscos llamados “Cármenes” en el interior de sus muros.

La última calle que se convirtió en zona peatonal en esta área se llama Carrera del Darro, esta calle central es famosa por ser una de las más históricas en Granada. Siguiendo esta calle desde el centro, caminando al lado del río podrás visitar un baño árabe del siglo XI, así como dos conventos. Un poco más adelante, su nombre cambia al Paseo de los Tristes y aquí puedes contemplar la vista de uno de los monumentos más visitados de España: la fortaleza y el palacio de la Alhambra.

Antes de la peatonalización 1.800 vehículos, incluyendo el bus, solía pasar por aquí todos los días. Hoy es una calle sólo para peatones que quieren dar un paseo al lado del río y visitar los bares y tiendas, así como los monumentos. Puede sonar indiscutible, pero la decisión que el ayuntamiento tomó ha preocupado al Señor Arroyo de la UNESCO. Él dice que antes de tomar este tipo de decisión es fundamental alcanzar un consenso con los residentes afectados. “Fue la gente la que creó los barrios que ahora está protegidos y es importante estar seguros de que seguirán estando poblados,” dice Arroyo. De acuerdo con él, el Ayuntamiento de Granada decidió adoptar la decisión sin discutirla con los residentes y ahora éstos están luchando.

Las consecuencias de la protección

Sólo tienes que caminar una calle arriba de la Carrera del Darro para ver las pancartas. “No somos una postal.” “Señor Alcalde: los residentes existimos.” “Siguiente paso ¿la expropiación?” Los vecinos crearon una plataforma llamada SOS-Albaicín y extendiendo su mensaje en las sábanas que cuelgan de sus balcones, intentan hacer comprender a los visitantes porqué vivir y trabajar en este barrio es mucho más duro ahora que antes del cambio.

El Albaicín es el barrio dónde vive la mayor población de personas mayores de Granada y es un lugar sin supermercados ni hospitales. Cuando la ruta del autobús cambió como consecuencia de la creación de la zona peatonal no fue una cosa sin importancia.

“¡Nos han dejado aislados! ¡Aislados!”

Alejandro García ha vivido en el barrio durante 79 años, ahora siente que ha sido apartado del centro. Su casa sigue estando a la misma distancia del supermercado pero el no puede simplemente caminar cuesta arriba con el peso de la bolsas de la compra, no a la edad de 83 años. Antes solía tomar el bus, pero ahora eso le lleva demasiado tiempo.

“¡Vivo a cinco minutos del centro pero con el autobús me toma tres cuartos o una hora! No puedo estar en el autobús por tanto tiempo,” dice Morón.

Sacrificios inevitables

De acuerdo con la concejala del Área de Movilidad este es el precio que los residentes tienen que pagar.

“Tienes que elegir entre hacer esta calle peatonal y tener un bus que tarda diez minutos,” dice Telésfora Ruiz.

Para ella la decisión fue fácil. Ella quiere que los turistas y los granadinos disfruten de la histórica calle y espera un movimiento sostenible. Más de el 63% de la población del Albaicín normalmente se desplaza caminando.

Antes de que la decisión fuera llevada a cabo, Ruiz tuvo un encuentro con las asociaciones del barrio y estas dieron su aprobación.

SOS-Albaicín ha remarcado que eso significa que una discusión de cincuenta personas dio lugar a un cambio que afecta a 9.000 residentes. Ruiz, por su parte, dice que cualquiera puede ir a las reuniones de la asociación de vecinos y no piensa que una cantidad tan grande de la población se vea afectada.

“El problema con esta plataforma es que son sólo seis hombres que están manipulando a los vecinos,” dice la concejala.

SOS-Albaicín ha llegado sugiriendo algunas propuestas. No están en contra de la idea de prohibir el tráfico en las calles la mayoría del tiempo, pero ellos quieren poder usar sus vehículos durante horarios regulados. Hablan de un par de horas por la tarde cuando hace demasiado calor para ir caminando a cualquier sitio o temprano durante las mañanas del invierno o sólo los fines de semana, pero la señora Ruiz duda de que esto sea una buena solución.

“¡Eso nunca funcionará! La gente nunca respetará eso.”

Ruiz no está preocupada de que la gente abandone el barrio, ella piensa que eventualmente los residentes se darán cuenta de que realmente ésta es una buena idea. Buena para la economía, para el medio ambiente y para los turistas así como para los locales. El Ayuntamiento está convencido de que el barrio sólo puede mejorar.

Menos atractivo para los turistas

“Cuando los habitantes se vayan, el barrio morirá.”

Emilio Gómez Villalba se apoya en la fachada de su hotel. Han pasado un coche y tres motos por el estrechamiento de San Juan de los Reyes. Entonces agita su cabeza escuchando el ruido de los vehículos al acelerar y mira hacia las ventanas de las habitaciones de sus huéspedes. La dirección del tráfico tiene que cambiar en esta calle, así se deja al barrio con una sola entrada después de la peatonalización. La investigación del Área de Movilidad muestra que el sonido del tráfico sólo alcanza 0.45 decibelios, pero los clientes de Villalba se quejan.

“Quiero poner doble vidrio en las ventanas pero no es fácil obtener el permiso para cambiar nada en un barrio protegido,” dice.

Villalba ha trabajado duro para preservar los elementos históricos cuando construyó el hotel, por ejemplo: un trozo de muralla de hace mil años que es parte de la recepción. Su idea fue ofrecer un hotel con toda la modernidad que puedes pedir pero asegurándose que se vería natural al lado de la mezquita del Siglo XVI que actualmente es la iglesia de San Juan de los Reyes.

De acuerdo con Villalba, los residentes tienen que estar agradecidos de la restauración del antiguo barrio y su transformación en un lugar que la gente quiere visitar. Pero la atmósfera ha cambiado de alguna manera. En su página web ofrece a sus huéspedes una “burbuja de tranquilidad” pero después del cambio de tráfico cree que tendrá que retirar esa oferta.

El problema es más grave que sólo el ruido. Villalba está preocupado porque los taxistas rehúsan traer a sus huéspedes aquí. La calle es tan estrecha que los visitantes recomiendan enfáticamente no conducir por aquí. Ir colina arriba es aún más difícil ¿por qué los taxistas querrían esa molestia?

“No vienen aquí por tan sólo cinco euros cuando les lleva más de media hora volver de nuevo al centro,” dice el Señor Villalba.

Él teme que sus clientes sospechen cuando escuchen que el conductor no les quiere llevar al lugar en el que se alojarán, entonces el barrio terminará desierto y peligroso.
“Han sido los residentes quienes han restaurado el barrio y son los únicos que pueden mantener vivo el Albaícín,” dice.