Constitución Española
Artículo 49: “Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos”.
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Lo volvemos a repetir: necesitamos que se
restablezca el servicio de transporte público que teníamos en el barrio o, en
su defecto, que se dote de elementos básicos de accesibilidad como rampas,
espacio para una silla de ruedas, asientos reservados, barras asideras y
paradas señalizadas, al vehículo con el que el Ayuntamiento de Granada pretende acallar la demanda vecinal.
No pedimos
que cuente con aire acondicionado o calefacción, ni siquiera que tenga ventanas
que nos protejan de la lluvia o del frío en vez de los improvisados plásticos
que cubren el modesto vehículo que, a pesar de las innumerables deficiencias,
cuesta 2.000 € mensuales a los contribuyentes de esta Ciudad.
Lo que
pedimos tiene que ver con algo mucho más elemental y es el derecho de todos los
ciudadanos y especialmente de los que tienen problemas de movilidad de contar
con un servicio de transporte público digno como el que teníamos antes,
cuando la señora Telesfora Ruiz no había irrumpido aún en nuestras vidas.
A pesar del respaldo social, del
impacto mediático que ha tenido nuestra historia y de la moción que el concejal
Miguel Ángel Fernández Madrid llevó el pasado viernes al Pleno Municipal, la responsable del Área de Movilidad
respondió al concejal diciendo que le parecía una torpeza política
inaudita llevar nuestra demanda al Pleno, ya que durante los
meses que lleva funcionando el vehículo en cuestión 13.000 vecinos lo han
usado, gastando como media 20 céntimos por viaje porque la mayoría, dice: son pensionistas.
Lo inaudito es tener que recordarle a la señora
Ruiz que en el Albaicín y en el Sacromonte somos 8,588 vecinos y que pagamos 70
céntimos por viaje, que estamos cansados de la forma en la que manipula las
cifras, así como de las descalificaciones que vierte sobre nosotros cada vez
que se le pide que rectifique las desafortunadas medidas que la llevaron a pasar por
encima de nuestros derechos. Inaudito es que los ciudadanos tengamos que pedirle que haga un esfuerzo y eleve el nivel de su "argumentación", porque defender un vehículo que vulnera los derechos de los ciudadanos aludiendo a la novedad que supone contar con un vehículo que fue presentado en la feria del automóvil de París del 2002 es francamente ridículo, especialmente cuando en Granada hay empresas pioneras en transporte sostenible que son mejor valoradas fuera porque gente como usted continúa aferrándose al pasado.
No entendemos cómo hará para defender lo indefendible, quizá algún día quiera venir al Albaicín a
contárnoslo, mientras tanto seguiremos pensando que, en su caso, se trata más
bien de torpeza política.