Ofrecemos la traducción del reportaje publicado en la página web de la Escuela de Periodismo de Utrech (Holanda).
Recientemente, Maria Hyllengren, periodista holandesa realizó un reportaje de la polémica peatonalización de la Carrera del Darro - Paseo de los Tristes y del cambio de sentido de la Calle San Juan de los Reyes.
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GRANADA-“Un centro
histórico no es nada sin sus residentes.” Este es el mensaje de un
grupo de vecinos de Granada después de que el Ayuntamiento tomara la
decisión de peatonalizar una calle en su barrio protegido por la
UNESCO. La intención fue permitir a la gente disfrutar de un
patrimonio mundial sin ser perturbados por el tráfico, pero la
cuestión es cuánto podrán disfrutar los residentes que ahora
amenazan con irse .
“Debes recordar cuando
el barrio recibió protección de la UNESCO como patrimonio mundial y
se convirtió en un barrio de todo el Planeta. Un lugar para todos.”
Explica Ángel Bañuelo Arroyo, presidente de la UNESCO en Andalucía.
El barrio del Albaicín
protegido desde el 2005 es popular un destino turístico para gente
de todo el mundo que viene a disfrutar la atmósfera de éste antiguo
barrio árabe.
La mayoría de las calles
en esta colina son peatonales y los guías turísticos recomiendan
caminar alrededor y perderse en la red de las laderas empinadas y
estrechas donde nos encontramos un mercado de frutas, un monumento
histórico o una agradable teteria donde disfrutar de un refrescante
té marroquí de menta.
Aquí las fachadas
blancas de las casas parecen estar construidas una encima de las
otras, muchas casas tienen los característicos jardines moriscos
llamados “Cármenes” en el interior de sus muros.
La última calle que se
convirtió en zona peatonal en esta área se llama Carrera del Darro,
esta calle central es famosa por ser una de las más históricas en
Granada. Siguiendo esta calle desde el centro, caminando al lado del
río podrás visitar un baño árabe del siglo XI, así como dos
conventos. Un poco más adelante, su nombre cambia al Paseo de los
Tristes y aquí puedes contemplar la vista de uno de los monumentos
más visitados de España: la fortaleza y el palacio de la Alhambra.
Antes de la
peatonalización 1.800 vehículos, incluyendo el bus, solía pasar
por aquí todos los días. Hoy es una calle sólo para peatones que
quieren dar un paseo al lado del río y visitar los bares y tiendas,
así como los monumentos. Puede sonar indiscutible, pero la decisión
que el ayuntamiento tomó ha preocupado al Señor Arroyo de la
UNESCO. Él dice que antes de tomar este tipo de decisión es
fundamental alcanzar un consenso con los residentes afectados. “Fue
la gente la que creó los barrios que ahora está protegidos y es
importante estar seguros de que seguirán estando poblados,” dice
Arroyo. De acuerdo con él, el Ayuntamiento de Granada decidió
adoptar la decisión sin discutirla con los residentes y ahora éstos
están luchando.
Las consecuencias de la protección
Sólo tienes que caminar
una calle arriba de la Carrera del Darro para ver las pancartas. “No
somos una postal.” “Señor Alcalde: los residentes existimos.”
“Siguiente paso ¿la expropiación?” Los vecinos crearon una
plataforma llamada SOS-Albaicín y extendiendo su mensaje en las
sábanas que cuelgan de sus balcones, intentan hacer comprender a los
visitantes porqué vivir y trabajar en este barrio es mucho más duro
ahora que antes del cambio.
El Albaicín es el barrio
dónde vive la mayor población de personas mayores de Granada y es
un lugar sin supermercados ni hospitales. Cuando la ruta del autobús
cambió como consecuencia de la creación de la zona peatonal no fue
una cosa sin importancia.
“¡Nos han dejado
aislados! ¡Aislados!”
Alejandro García ha
vivido en el barrio durante 79 años, ahora siente que ha sido
apartado del centro. Su casa sigue estando a la misma distancia del
supermercado pero el no puede simplemente caminar cuesta arriba con
el peso de la bolsas de la compra, no a la edad de 83 años. Antes
solía tomar el bus, pero ahora eso le lleva demasiado tiempo.
“¡Vivo a cinco minutos
del centro pero con el autobús me toma tres cuartos o una hora! No
puedo estar en el autobús por tanto tiempo,” dice Morón.
Sacrificios inevitables
De acuerdo con la
concejala del Área de Movilidad este es el precio que los residentes
tienen que pagar.
“Tienes que elegir
entre hacer esta calle peatonal y tener un bus que tarda diez
minutos,” dice Telésfora Ruiz.
Para ella la decisión
fue fácil. Ella quiere que los turistas y los granadinos disfruten
de la histórica calle y espera un movimiento sostenible. Más de el
63% de la población del Albaicín normalmente se desplaza caminando.
Antes de que la decisión
fuera llevada a cabo, Ruiz tuvo un encuentro con las asociaciones
del barrio y estas dieron su aprobación.
SOS-Albaicín ha
remarcado que eso significa que una discusión de cincuenta personas
dio lugar a un cambio que afecta a 9.000 residentes. Ruiz, por su
parte, dice que cualquiera puede ir a las reuniones de la asociación
de vecinos y no piensa que una cantidad tan grande de la población
se vea afectada.
“El problema con esta
plataforma es que son sólo seis hombres que están manipulando a los
vecinos,” dice la concejala.
SOS-Albaicín ha llegado
sugiriendo algunas propuestas. No están en contra de la idea de
prohibir el tráfico en las calles la mayoría del tiempo, pero ellos
quieren poder usar sus vehículos durante horarios regulados. Hablan
de un par de horas por la tarde cuando hace demasiado calor para ir
caminando a cualquier sitio o temprano durante las mañanas del
invierno o sólo los fines de semana, pero la señora Ruiz duda de
que esto sea una buena solución.
“¡Eso nunca
funcionará! La gente nunca respetará eso.”
Ruiz no está preocupada
de que la gente abandone el barrio, ella piensa que eventualmente los
residentes se darán cuenta de que realmente ésta es una buena idea.
Buena para la economía, para el medio ambiente y para los turistas
así como para los locales. El Ayuntamiento está convencido de que
el barrio sólo puede mejorar.
Menos atractivo para los turistas
“Cuando los habitantes
se vayan, el barrio morirá.”
Emilio Gómez Villalba se
apoya en la fachada de su hotel. Han pasado un coche y tres motos por
el estrechamiento de San Juan de los Reyes. Entonces agita su cabeza
escuchando el ruido de los vehículos al acelerar y mira hacia las
ventanas de las habitaciones de sus huéspedes. La dirección del
tráfico tiene que cambiar en esta calle, así se deja al barrio con
una sola entrada después de la peatonalización. La investigación
del Área de Movilidad muestra que el sonido del tráfico sólo
alcanza 0.45 decibelios, pero los clientes de Villalba se quejan.
“Quiero poner doble
vidrio en las ventanas pero no es fácil obtener el permiso para
cambiar nada en un barrio protegido,” dice.
Villalba ha trabajado
duro para preservar los elementos históricos cuando construyó el
hotel, por ejemplo: un trozo de muralla de hace mil años que es
parte de la recepción. Su idea fue ofrecer un hotel con toda la
modernidad que puedes pedir pero asegurándose que se vería natural
al lado de la mezquita del Siglo XVI que actualmente es la iglesia de
San Juan de los Reyes.
De acuerdo con Villalba,
los residentes tienen que estar agradecidos de la restauración del
antiguo barrio y su transformación en un lugar que la gente quiere
visitar. Pero la atmósfera ha cambiado de alguna manera. En su
página web ofrece a sus huéspedes una “burbuja de tranquilidad”
pero después del cambio de tráfico cree que tendrá que retirar esa
oferta.
El problema es más grave
que sólo el ruido. Villalba está preocupado porque los taxistas
rehúsan traer a sus huéspedes aquí. La calle es tan estrecha que
los visitantes recomiendan enfáticamente no conducir por aquí. Ir
colina arriba es aún más difícil ¿por qué los taxistas querrían
esa molestia?
“No vienen aquí por
tan sólo cinco euros cuando les lleva más de media hora volver de
nuevo al centro,” dice el Señor Villalba.
Él teme que sus clientes
sospechen cuando escuchen que el conductor no les quiere llevar al
lugar en el que se alojarán, entonces el barrio terminará desierto
y peligroso.
“Han sido los
residentes quienes han restaurado el barrio y son los únicos que
pueden mantener vivo el Albaícín,” dice.